miércoles, junio 21, 2006

苦い

Palpitante.
Esta masa amorfa supuestamente grisácea es la culpable y también la víctima.
La necesidad de arrojar las vísceras por la vía de entrada comienza a dominar y a establecer su prioridad como la más alta.
El enfoque se instala sobre otro detalle tan nimio que casi parece ausente, esa alarma activada hace ya varios días, ¿semanas acaso?
Bastante curiosa la perspectiva, podría decirse que hasta se deleita en sus trucos espectrales.
Alto.
No se debe perder el curso, es necesario intentar mantener un ritmo y virar cuando se corra el peligro de cambiar de aguas, la barca es frágil.
Es posible beber aquí, y así se hará puesto que la luz roja demanda ser atendida, algo alimenta su patrón intermitente.
Incongruencia, inestabilidad, incomprensión.
No, no se descifra, los misterios que con ella aguardan están muy lejos de este pequeño e inútil alcance y por el momento permanecerán seguros.
Escuchar, inspeccionar, asimilar.
Tomará tiempo, causará heridas y redescubrirá algunas otras, sólo queda suplicar que el proceso sea efectivo.
Porque aún dentro del abrazo nocturno anhelamos respirar.